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A pesar de los aumentos salariales, un 35% de México sigue en pobreza laboral

Uno de los logros más destacados de este sexenio ha sido el aumento salarial, con un crecimiento nominal de más del 100%. El salario mínimo pasó de 88 pesos en 2018 a 249 pesos en 2024, lo que representa un incremento del 198%. En la frontera norte, el salario mínimo alcanzó los 375 pesos. Además, se espera que en los próximos días se apruebe una reforma que garantice que el salario mínimo aumente anualmente por encima de la inflación, protegiendo el poder adquisitivo de los trabajadores.

Si bien estos avances salariales han sido importantes, la reducción de la pobreza laboral ha sido mínima. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la pobreza laboral se refiere a los hogares donde el ingreso laboral per cápita es insuficiente para cubrir el costo de una canasta alimentaria. Este indicador revela que, a pesar del crecimiento salarial, más de un tercio de la población sigue en pobreza laboral.

Pobreza laboral: determinantes y evolución
El análisis de BBVA México señala que, al cierre del primer semestre de 2024, el 35% de la población mexicana se encontraba en pobreza laboral. Esta cifra, aunque es la más baja desde 2007, no ha variado significativamente en el sexenio, ya que en 2018 el nivel era del 35.8%. Los avances salariales no han sido suficientes para compensar el aumento en el costo de la canasta alimentaria, especialmente en zonas rurales, donde los precios han subido más rápido que en áreas urbanas.

Entre 2020 y 2024, la canasta alimentaria rural ha tenido un incremento ligeramente superior al de la urbana, con una diferencia de 1.5 puntos porcentuales. Esto afecta directamente a las zonas rurales, donde la pobreza laboral es mucho más pronunciada. Al cierre de 2024, el 47.6% de la población rural se encontraba en pobreza laboral, apenas 2 puntos menos que el trimestre anterior, y muy cerca del 47.2% registrado al final de 2018.

Desempeño en zonas urbanas y rurales
En las zonas urbanas, la pobreza laboral afecta al 30.9% de la población, una leve mejora respecto al trimestre anterior y una disminución de 3 puntos en comparación con 2023. Sin embargo, sigue siendo una mejora marginal si consideramos que en 2018 la cifra era del 31.3%. Este leve avance, si bien positivo, no refleja un cambio estructural profundo en la economía laboral urbana.

Por otro lado, en las zonas rurales la situación es aún más grave. A pesar de los avances, casi la mitad de la población rural sigue sin poder cubrir el costo de una canasta alimentaria básica con su ingreso laboral. Este sector es particularmente vulnerable a los aumentos en el costo de vida y, aunque el salario mínimo ha subido, el impacto no ha sido suficiente para generar mejoras significativas.

Pobreza laboral en municipios indígenas: una brecha persistente
La pobreza laboral en los municipios indígenas sigue siendo una de las problemáticas más alarmantes. Aunque en 2024 la población ocupada en estos municipios alcanzó un mínimo histórico del 36.1%, este porcentaje sigue siendo muy elevado en comparación con la media nacional, que es del 12% en algunos sectores laborales. Los municipios indígenas, donde al menos el 40% de la población habla una lengua indígena, enfrentan una pobreza laboral mucho más profunda que el resto del país.

Avances limitados y retos a largo plazo
El incremento salarial de este sexenio es, sin duda, un avance significativo para los trabajadores mexicanos, pero no ha sido suficiente para resolver la pobreza laboral, que sigue afectando a más del 35% de la población. A pesar de algunas mejoras en zonas urbanas y rurales, las cifras muestran que las variaciones han sido mínimas y que la pobreza laboral sigue siendo un desafío estructural. Las diferencias entre zonas urbanas y rurales, así como la grave situación en los municipios indígenas, subrayan la necesidad de políticas más focalizadas y sostenidas en el tiempo.

Reducir la pobreza laboral en México requerirá un esfuerzo prolongado, que incluya no solo aumentos salariales, sino también mejoras en la productividad, el acceso a empleos formales y políticas que combatan el incremento en los costos de los bienes básicos. Solo así se logrará un impacto real y sostenido en la vida de millones de mexicanos.

FUENTE: Alto Nivel